De los pastos más tiernos de la alta montaña, de la mezcla de tres leches diferentes (vaca, oveja y cabra) y de la maestría de unas pocas manos artesanas nacen los mejores quesos del mundo, como el Gamonéu de puerto y el Picón Bejes-Tresviso. Pero hay un secreto más: deben madurar durante meses en profundas y ocultas cuevas naturales de los Picos de Europa, en el corazón de la Tierra.

Fotografías © Francisco Márquez